Hace unos dias le tocó a Slatan el seguimiento habitual, y nuestra compañera Elena nos dice que está muy feliz con su familia. A Slatan lo rescatamos de la perrera con sus tres hermanitas, siendo aún unos cachorritos. Decían de ellos que eran pequeños demonios, pero los pobres sólo estaban muy asustados y Slatan como buen hermano protegía a las más pequeñas. Un poco de paciencia y mucho amor y ya veis que perro tan bueno, noble y cariñoso.